Círculo de Bellas Artes de Madrid. Hasta el 24 de enero.
En sus inicios el cine nos ha dejado una imagen del jazz cargada de estereotipos fácilmente reconocibles por todos. No le correspondía al género cinematográfico sino a la fotografía la capacidad de elevar este fenómeno popular a la categoría de arte.
La exposición Jazz, Jazz, Jazz, comisariada por Jorge Mara y organizada por el Círculo de Bellas Artes y la galería Jorge Mara-La Ruche, pone el acento en la mirada de una veintena de fotógrafos con más de 150 instantáneas de los protagonistas indiscutibles del jazz. En palabras de su comisario: “La exposición utiliza la fotografía como documento visual dentro del ciclo Ahora Jazz!”. Un relato complejo y poliédrico como la esencia misma del jazz.
En esta exposición el espectador se enfrenta al hombre y al genio. Retratos como los de Dennis Stock a Lester Young alejado de los focos. El Charlie Parker de Gjon Mili, frontal, con los ojos cerrados, tocando su saxo, monumental, genial. En contraposición, Chuck Stewart, resalta el esfuerzo físico y mental de un Coleman Hawkins cubierto de sudor. Al lado, Gerry Mulligan queda canonizado por un foco que le cae sobre la cabeza a contraluz. La mirada elegante de Francis Wolff retrata a un altanero Sonny Rollins en 1957 y a un joven Dexter Gordon.
Conciertos, Jam sessions, grabaciones en estudios, todo ello queda inmortalizado por la cámara de William Gottlieb o Herman Leonard. Las acuarelas de Hermeregildo Sábat ponen la nota de color a la muestra: unas imágenes caricaturescas y trágicas, de gran dignidad. Su Charlie Parker, alucinado, angélico e idealizado a través de lo grotesco, recuerda mucho al retrato que hizo de él Julio Cortázar en El perseguidor.
Lo atractivo de estas imágenes en su conjunto es la fascinación que nos suscita el jazz como fenómeno social. Un microcosmos dentro de un universo de gran agitación, una muestra fotográfica colectiva de voces múltiples, donde el head, es la imagen del jazz a lo largo del pasado siglo.
Va de arte 